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Antonio Caulín Martínez

marzo 2, 2011

Estudiar en la Universidad Laboral incentivo mi compromiso político y después de unos años de huelgas, asambleas, reuniones… aquel día, y los siguientes, los recuerdo como una toma de conciencia más activa sobre la implicación en la política.

El martes nos pertrechamos de radios y periódicos y seguimos atentos la evolución de los acontecimientos, con continuas discusiones desde la derecha a la izquierda, argumentando nuestras opiniones como jóvenes estudiantes. Alguno habitaba en el franquismo trasnochado, amenazante y orgulloso de una posible marcha atrás, pero la –gran- mayoría estábamos instalados en el puerto común de la Democracia. No se impartieron clases, los profesores nos hablaban de su postura política con total cercanía y debatíamos. Alguno, recuerdo, dio su clase enfurruñado y respetuosos le seguimos.

Recuerdo a nuestro profesor de Filosofía con especial intensidad, Miguel Angel Valbuena, en aquella jornada. Hicimos comparaciones con otros golpes de timón contra la decisión del pueblo, algunos cruentos. En su clase leímos EL PAIS: noticias y artículos de opinión de comentaristas y nos invitó a la reflexión, siempre desde una perspectiva de izquierda que no podía evitar y que muchos le agradecimos, aunque siempre con respecto a la derecha democrática entonces escasa.

La UNI catalizó a los institutos circundantes a media mañana, y por la tarde nos reunimos –los alumnos- en asamblea. Para “contrarrestar” el efecto pernicioso de una posible marcha atrás algunos leíamos ejemplares de la Constitución, ensalzando este o aquel artículo. Las discusiones volvieron otras vez … pero guardo el recuerdo de los corrillos leyendo el título octavo, lo que conllevaría para Albacete … si tendríamos universidad… El tiro de Tejero le salió por la culata, los alumnos de la UNI de Albacete, nos hizo afectos y comprometidos con la democracia y la participación en política.

ANTONIO CAULÍN MARTINEZ

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